jueves, 12 de abril de 2012

La balanza sigue desequilibrada



¿Muchas páginas o un click? ¿Una enorme estantería o buena memoria en el PC? ¿Tinta o teclas? ¿De qué depende la comodidad de leer en un computador? ¿Es cierto los problemas de concentración o es cuestión de adaptabilidad? ¿Qué tanto olor puede tener un libro como para anhelar leerlo? Se habla de una tradición, ¿pero cuándo una tradición puede mezclarse con otra para ser renovada y transformada? ¿De quién o de qué depende?

Cada una de estas preguntas puede tener una respuesta totalmente diferente para cada persona. Se responden pensando en los gustos, pueden ser hipótesis con argumentos elaborados pero de todas formas siguen teniendo una mirada subjetiva. Lo importante es que no hay ganador. Ambos pueden tener o no la razón, pues el debate de si el libro digital terminará por acabar con el impreso apenas comienza.

Pensadores, científicos y especialistas en medios y tecnología tienen diferentes perspectivas. Algunas investigaciones determinaron que la lectura digital está dando origen a una generación de "pensadores superficiales", cuyas mentes buscan respuestas rápidas e inmediatas. Sin embargo, otros especialistas afirman que todavía faltan décadas para comprobar los verdaderos efectos que el mundo digital está ejerciendo en el ser humano.

Paradójico para los que defiende la idea que el libro impreso reinará por siempre, se encuentran los registros de ventas de los libros electrónicos, que según la Asociación de Editores Americanos, durante el primer trimestre de 2010 las ventas de libros se elevaron 16,6% respecto de igual período del año anterior, en tanto que las ventas de e-books crecieron 184,8%. 
Aunque los estudios indican que la velocidad con que leen las personas a través de medios digitales puede llegar hasta un 20% más demorosa;  las ventas de los aparatos de lectura digital como los iPad, e-books y kindles aumentan.

Si bien los resultados de alguien que lee en papel o en una pantalla pueden ser diferentes, lo cierto es que la Era Digital a la que pertenecemos ahora nos invita a hacer parte de ella a como dé lugar. Por esto, siendo el hombre un animal de costumbres, lo más seguro es que el cuerpo y cerebro de las generaciones recientes y las otras que llegaran, se terminen adaptando tanto a este cambio convirtiéndolo en parte cotidiana de sus vidas, que algún día el porcentaje de lectura lenta será para los que lo hacen en libros impresos en vez de digitales.

En el caso de Colombia, el debate es más fuerte por ser un país que económicamente no puede igualarse tecnológicamente de manera simultánea con el resto del mundo. Sin embargo, para este tema no se debe tener una visión inmediatista pues aunque ahora se niega y no se logra visualizar tan claro como en otros países, también llegará el día en que el libro impreso perderá su fuerza de una tradición que será borrada por las nuevas generaciones, quienes tendrán un chip incorporado que les permitirá ver las pantallas con otros ojos.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿QUIÉN ES EL CULPABLE, EL MEDIO O EL PÚBLICO?


En medio de tantos escándalos mediáticos, donde no sabemos si el mensaje responde a los derechos del público o responde a lo que el medio tiene derecho a informar, me pregunto si es posible educar a cierto público para que se convierta en un perceptor crítico y autónomo que exija contenidos que favorezcan la evolución moral.

En realidad es un cuestionamiento complicado pues la posibilidad de una educación para un perceptor “exigente”, está directamente relacionada con las opciones que éste tenga desde los contenidos mediáticos. Aunque en la lógica del mercado se dice que entre más posibilidades mayores oportunidades de elegir y más exigencia por parte del usuario-consumidor; lo paradójico del asunto es que esta realidad no es funcional cuando se plantea en los medios de comunicación.

En los últimos años el crecimiento del mercado en las empresas mediáticas ha aumentado considerablemente. Con el auge de las nuevas tecnologías, ya no son solo los medios y empresas tradicionales las que pueden generar contenidos, a través de la Internet las personas pueden ver programas televisivos, escuchar una estación de radio o simplemente leer un artículo de carácter no oficial. Es precisamente, la oferta tan grande lo que hace que exista una lucha incesable por mantener o aumentar la torta participativa de ese mercado que está fragmentada para cada medio.

Las compañías de medios de comunicación, sin importar si son públicas o privadas, tienen intereses ideológicos pero también económicos. Ellas buscan responder a sus propias necesidades rentables, tratando de persuadir al televidente-lector, que esos contenidos que ellos generan hacen parte de sus necesidades personales. La mayoría de los medios de comunicación obedecen a la lógica comercial y no a la lógica periodística en el cubrimiento de las noticias.

Por lo que esto se convierte en un ciclo vicioso en donde el receptor de la información a través de la demanda le dicta al medio qué quiere que se le informe, qué le gusta, qué le aburre, qué lo fideliza con éste. Así el medio de comunicación de masas respondiendo a su sentido capitalista, termina haciendo lo que le genere más ganancias, es decir, mayor número de usuarios que se ven reflejados en la rentabilidad.

En el caso que se educara a una generación de pequeños para que fueran capaces de exigir contenidos mediáticos que favorezcan la evolución de la moral, la pregunta es ¿quién sería el educador? ¿si todos vemos el mundo como el medio nos lo muestra? o ¿cuál sería el medio capaz de renunciar a sus principios económicos y de poder, teniendo en cuenta que éstos son necesarios para la subsistencia, para mostrarnos la realidad lo menos fragmentada posible?

En este sentido de lo hablado hasta ahora, no es sino que echemos una mirada al país, a los múltiples problemas que afectan al estado Colombiano, y esto nos confirma que no es correcto elevar la proposición de Maquiavelo “El fin justifica los medios” a imperativo categórico. El actual desorden creado por el malestar de la globalización, la violencia permanente, la corrupción generalizada, la pobreza, miseria y exclusión imperantes, confirman lo contrario: que la única moral histórica aceptable es la contraria a la de Maquiavelo, que son los medios los que deben justificar los fines. Por eso Colombia necesita de nuevos medios de comunicación, con hombres y mujeres inspirados en una nueva ética; la del diálogo y la concertación, que  nos permita ver la vida desde otra perspectiva, no desde la coacción, no desde la imposición y menos desde el interés estrecho y caprichoso del gobernante de turno.

lunes, 5 de marzo de 2012

El matrimonio gay, una controversia cultural


El matrimonio gay siempre ha sido generador de controversias en reuniones sociales, familiares y hasta en la política. Los más liberales acusan a los conservadores de "homofóbicos" y retrógrados" por su posición sobre el tema. Lo cierto es que  hasta el momento en Colombia no se ha logrado avalar el tema constitucionalmente.

Colombia no ha sido el único país que ha puesto este tema sobre la trinchera de los juzgados, en el estado de California (Estados Unidos), el matrimonio homosexual es legal pero ha pasado por varias etapas de lucha contra los políticos conservadores quienes están inconformes con la nueva ley. El pasado 7 de febrero el juzgado dictaminó que es anticonstitucional la prohibición de estos matrimonios en el estado. El tribunal de tres jueces dio la razón a una corte inferior, que en el 2010 dictaminó que la llamada Propuesta 8 infringe los derechos civiles de los homosexuales.
Precisamente la “Propuesta 8” es el título de la obra de teatro de un elenco de estrellas de Hollywood encabezado por George Clooney y Brad Pitt, quienes protagonizaron el sábado 3 de marzo la historia sobre todo lo que pasó en la sala tribunal cuando la Corte Suprema de California decidió impedir que las cámaras de televisión grabaran el proceso.
Esta escenificación a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo se vio en directo a través de internet por el canal de Youtube, y forma parte de una campaña impulsada por la American Foundation for Equal Rights (AFER).
Lo curioso de esta obra de teatro es el apoyo que tuvo por actores de tan alto prestigio internacional, pues son personas que tienen gran influencia en su fanaticada pero todos son heterosexuales. Además, también vale la pena rescatar que el hecho que haya sido una iniciativa de ellos mismos, habla mucho del cambio en el “chip” cultural en los últimos años en Estados Unidos.
Si llevamos nuevamente este tema al caso de Colombia, la pregunta es entonces si el hecho de apoyar o no el matrimonio gay es un asunto generacional o cultural. En algunos casos pueden influir ambas variables, pero la mayoría de la veces la edad es lo que menos cuenta, sino las bases morales y códigos culturales impuestos desde la niñez; esta es la razón principal por la que la unión legal entre homosexuales es un tema que no tiene cabida ni en la cena familiar en nuestro país.

sábado, 25 de febrero de 2012

CASO ECUADOR: CORREA, EL DICTADOR

El artículo de opinión de Emilio Palacio titulado “No a la mentiras”, para el diario El Universo de Ecuador, ha generado toda clase de controversias y despertado sentimientos de solidaridad no sólo a nivel nacional, sino también en toda América Latina.
En esta columna de opinión publicada en la edición del 6 de febrero del año 2010, se cuestiona la capacidad del gobierno de poder “demostrar el supuesto crimen del 30 de septiembre”, y se habla del presidente Rafael Correa bajo el seudónimo de “El Dictador” el cual, según el artículo, cometió crímenes de lesa humanidad por los hechos ocurridos este 30 de septiembre del año 2010.
Partiendo del hecho que Ecuador es un país democrático, es propio de este sistema la diferencia de ideales. Por este motivo, está dentro de los parámetros lógicos que el Presidente exprese su inconformismo y manifieste  su punto de vista de cómo sucedieron los hechos. Hasta aquí, el defender los ideales es normal y más cuando se trata de una figura pública que tiene por sí sola mucho poder. Lo que no es normal, es poner una demanda millonaria que pueda causar el cierre de un periódico y adicionalmente pedir para Emilio Palacio (columnista), Carlos, César y Nicolás Pérez, (directivos del periódico) 3 años de prisión.
Con estas medidas desproporcionadas, hay una clara interpretación de lo quiere Correa: acallar la opinión contraria, hacer que los periódicos busquen controlar todo lo que publican sus columnistas y suprimir toda clase de expresión dura frente a su gobierno. Estos evidentes excesos de poder que buscan silenciar a la prensa, demuestran una situación muy grave para la libertad de expresión.
Lo sorprendente del asunto son las reacciones que tomaron los periódicos en América Latina para solidarizarse con El Universo, los cuales trascribieron la columna de Emilio Palacio en sus ediciones. Pues si se tiene en cuenta que los medios de comunicación se han caracterizado por la falta de unión en una competencia cada vez más dura, es una novedad la acción coordinada de estos periódicos. Aunque son muchos los casos donde se han censurado artículos o periódicos, este es el primero en donde la protesta por parte de los medios fue colectiva.

Hace algunos días nos preguntábamos ¿Qué va a pasar con la oposición de este país? Entonces, ¿todas las opiniones que se escriben en un periódico deben ser el reflejo de la postura del gobierno? Ahora que Rafael Correa pidió a la justicia que anule la sentencia, refleja tal vez, que las presiones de la prensa internacional si fueron decisivas para el desenlace de esta historia. Aunque el presidente ecuatoriano afirma que él solo pretendía que “brillara la verdad”, lo cierto es que al final de cuentas sí brilló: los medios de comunicación tienen autonomía, son independientes y luchan juntos por la libertad de expresión.

lunes, 20 de febrero de 2012

Analizando la pertinencia


El siguiente análisis de pertinencia es acerca de tres de las columnas de opinión dominicales del periódico El Comercio de Ecuador.

El fin de la razón
Grace Jaramillo expone cómo la mayoría de ecuatorianos, en los cuales incluye a dos de sus intelectuales amigos, se han dejado influenciar por las ideas del presidente Rafael Correa y ahora consideran que la libertad de expresión sí debe tener ciertos límites.
Esta es una columna que además de que cumple con muchos de los requisitos de pertinencia, es valiente porque relata cómo el poder ha callado a muchos personajes públicos, pero ella no siente temor a la censura y además de denunciar los hechos, plantea una moraleja.
Seguramente, por la claridad en el uso del lenguaje, la actualidad con lo que está ocurriendo en el país y la relación con la circunstancias políticas; está columna causará conmoción en cuanto a la proximidad y sintonía, no sólo con los lectores ocasionales ecuatorianos, sino también con los medios de comunicación y personajes que manejan las esferas del poder en este país.
Calificación: 5

El Fetichismo
Para esta columna Diego Pérez Ordóñez escribe algo mucho más “light” que no tiene tintes políticos o económicos, y que si bien es actual, no parte de un hecho o noticia puntual. Es actual en el sentido que habla acerca del “abuso” del ser humano con relación a la tecnología, de cómo el consumismo está reemplazando las actividades cotidianas de una persona: comprar el periódico, ir al banco, correr por la ciclo- vía; por otro tipo de actividades como leer y consignar a través de la internet, operaciones estéticas o pastillas adelgazantes, etc.
Pero así como este planteamiento puede ser totalmente cierto ahora, lo pudo haber sido hace uno, cinco o nueve meses, e incluso puede serlo para el próximo año. Lo que quiere decir que el artículo puede ser leído casi en cualquier momento y sin importar las circunstancias, tendrá la misma validez.
Por lo tanto, aunque el autor propone un tema universal que puede ser contextualizado en cualquier lugar, no hay calidad en las conclusiones y recomendaciones planteadas.
Calificación: 3



¿Volver a creer?
Así como la columnista Grace Jaramillo, en esta oportunidad Marco Arauz debate sobre el mismo tema de cómo el gobierno del presidente Rafael Correa está ejerciendo su poder para callar a los medios de comunicación que no están a favor de él. Ambos tienen la misma perspectiva y dimensión del asunto, en donde en palabras de Marco “los únicos que podrán volver a creer en la justicia serán sus grandes manipuladores”.
En este sentido, también se cumplen los criterios de pertinencia porque además de ser un tema actual y que hay una relación con los asuntos políticos de gran importancia para el país, hay calidad en la argumentación cuando afirmaquedó en claro que la llamada nueva justicia no anda corta ni perezosa cuando se trata de fallar a favor del poder”.
Así mismo, por ser un tema que ha causado tanto controversia en los últimos días, los lectores ecuatorianos van a sentir proximidad e identificados con los planteamientos que el columnista hace.
Calificación: 5

miércoles, 8 de febrero de 2012

EL MUNDO DE LOS FARISEOS


La cotidianidad trae consigo innumerables compromisos y presiones que, en muchos casos, nos vemos obligados a cancelar o lo que es peor aún “dejarlos pasar” porque ahora el no cumplir se ha vuelto parte del paisaje.


Todo estaba arreglado para el reencuentro más anhelado. Mis amigas del colegio habían aceptado la invitación, increíblemente la fecha y el lugar propuesto era agrado de todas, las redes sociales estaban invadidas de mensajes de emoción. Los días fueron pasando y llegó el evento esperado. Pasaron minutos, más minutos y horas; pero sólo aparecieron tres de las quince invitadas. En ese momento pensé: “definitivamente estamos en el mundo de los fariseos”.

La palabra “fariseo” proviene de un vocablo hebreo que significa separado y su origen se remonta  en el siglo III antes de Cristo. Se trataba de una secta o partido político-religioso conformada por personas judías altamente intelectuales y maestros de la ley. Sin embargo, eran considerados por la religión católica como personas hipócritas y con falta de palabra. Por ejemplo, en muchos pasajes de los evangelios se cita a Jesús advirtiendo a la multitud contra ellos: “Los escribas y fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas” (Mat. 23,1-7).

De la misma manera el parlache colombiano (conjunto de modismos utilizados por los jóvenes, originado en las comunas populares de Medellín y suburbios de Bogotá y Cali), adoptó este término para referirse a una persona traidora, faltona o que no hizo un favor. Así como muchas otras palabras originadas en la jerga popular, ésta se expandió a las clases medias y altas de la sociedad, buscando expresar el inconformismo cuando alguien no cumple con lo prometido. También vemos como la palabra se convierte en verbo y se escuchan expresiones (aclarando que no son válidas por la R.A.E) con conjugaciones como: “perdón por farisearme”, “creo que te voy a farisear”, “yo me fariseé”.

Lo verdaderamente rescatable es hacer una reflexión acerca de las implicaciones actuales, sin importar la ambigüedad del término. Cada día nos sentimos más cómodos con este tipo de comportamiento, se ha vuelto tan común que sin darnos cuenta, sea ha impregnado a nuestra cultura y lo calificamos de aceptable. Pero esto, a lo contrario de lo que ocurre en la cotidianidad, no es normal. Se debe cumplir no sólo con lo pactado, sino ser consecuentes con lo que se dice y se hace. La promesa en la palabra merece ser rescatada y respetada. Los contratos, acuerdos y pactos escritos, sólo deben ser un canal para reforzar lo dicho; pero no para que sea la única prueba sólida de argumentación.



sábado, 28 de enero de 2012

¿CUÁNTO PESA TU MORRAL?

Las cargas expuestas y las invisibles

La semana pasada caminando para la universidad, tuve que hacer una parada en medio del andén y sacar dos libros que llevaba en el morral para cargarlos en mis manos. No soportaba un segundo más el peso en mi espalda. Cuando pude entrar a un baño, me miré y tenía los hombros rojos, sentía el cuello tenso y me dolía. En ese momento, me prometí no volver a cargar tantas cosas. Durante todo el día el peso de mi morral fue un literal estorbo. Cada vez que podía lo dejaba en una mesa y cuando lo cogía, por más que quería, no lograba enderezarme por completo. Anhelaba el momento de llegar a mi casa y deshacerme de mi morral.

Al finalizar el día cuando salí de la universidad, vi a un señor que tenía colgado en su espalda y cadera una caja de madera para vender dulces y cigarrillos, después vi a una señora que sentada revolvía el aceite de las papitas criollas que minutos más tarde vendería, al pasar la calle casi me atropella un taxista enfurecido quién sabe por qué razón, más adelante estaba un señor con un trapo rojo en la mano indicando que el espacio estaba libre. Esta serie de personajes me hicieron caer en la cuenta que existen otro tipo de cargas, y en algunos casos, dolorosas.

La gran mayoría de personas en este país deben luchar toda su vida con cargas invisibles pero más pesadas que ellos mismos. Con seguridad a muchos ese peso no les cabe en un morral. Lo llevan a diario y está presente en todas sus actividades: para ir al trabajo, comer, bañarse y hasta para descansar. Como carecen de morral, no pueden dejarlo a un lado estirar el cuello, mover los hombros y seguir; la carga siempre estará ahí.

Afortunadamente yo puedo elegir la carga en mi espalda. Soy yo la que decido si llevo el computador, tres libros, dos cuadernos o nada. Y aún así decidiera llevar todo a la misma vez, nunca mi peso podrá sobrepasar el de esas personas que cargan con la responsabilidad de educar a un hijo, responder por una familia, sufrir por alguno de sus parientes enfermos, mirar el periódico todos los días para ver en qué empleo se puede acomodar, hacer fuerza cuando es 16 y no han pagado, entre miles de situaciones que se ve el ciudadano común a diario.

Y es que para no ir más lejos, he sido testigo toda mi vida de la carga que llevan mis papás, mis tíos y mis abuelos. Que nunca nos falte nada, que tengamos lo necesario, que seamos felices, que alcancemos nuestros sueños, que la competencia está muy dura, que hay que pagar más estudios, que el paseo de fin de año, que la ropa que más les gusta, etc. Porque todos tenemos una carga. Incluso yo que pensaba que sólo era la de mi morral, ¿cuál es tu carga?